domingo, 19 de agosto de 2012

¿Por qué los años '90?

Como primera publicación, de aquí en más, se procede a explicar la temática del blog. Muchos se preguntarán y objetarán la elección de este lapso temporal. Primero que nada, vale aclarar que la aspiración consiste en tratar a la cultura argentina de la década de 1990, cómo se llegó a comenzar dicha década, y a qué se llegó al finalizarla (ya que la historia, y más aún la cultura, son herramientas accesibles para analizar el presente).

Es cierto: viví sólo cinco años y tres meses de esta década, en los cuales mi mente apenas era consciente. Chicago, mi equipo de fútbol, no logró ningún ascenso a Primera División (sí lo hizo en los '80 y los '00). El modelo político reinante era peronista, y el económico era neoliberal, disintiendo yo con ambos, de forma no acérrima, pero muy marcada. El modelo político posibilitó la reelección de un gobierno sumamente corrupto y deshonesto, que llevó a este país a la catástrofe con su mentirosa e injusta economía. La desigualdad se acrecentó, dividiendo a la clase media, que es lo que en los "países serios" mueve al mercado laboral y a la actividad económica. Las clases baja y media-baja se estancaron y padecieron enormemente la posterior crisis del 2001. Las clases alta y media-alta se vieron inmersas en diferencias sociales: el "country" ahora hacía confluir al "grasa" o "nuevo rico" con el histórico y molesto conservador aristócrata. La debacle en la educación primaria y secundaria estatal se profundizó aun más, y la escuela dejó de ser el núcleo de integración igualitario. Ahora cada uno se vinculaba y crecía únicamente con gente de su propio estrato social, creando injustos círculos viciosos o virtuosos según correspondiera.

Que se sepa como gran supersticioso que soy lo que me costó tener que incorporar esta imagen. Eso sí, no voy a incluir el nombre, el que lo sepa, bien, el que no, lo siento mucho.















Ahora bien, todo esto, evidentemente de forma relacionada, trajo aspectos muy positivos -a mi criterio- a nivel cultural. En cuanto a la música, grandes grupos de rock como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Divididos y Las Pelotas (sucesores de Sumo), entre otros, reinventaron los temas abordados, pasando de la dictadura y similares a reflejar a la sociedad reformada. A estos se les puede sumar otros grupos nuevos: Los Piojos, La Renga, Attaque 77, etc. Por si fuera poco, a lo largo de la década se sumaron nuevos, provenientes del "Rock Chabón", "Rolinga", etc., como Viejas Locas, Los Ratones Paranoicos, Callejeros; y otros de estilos distintos, como Los Fabulosos Cadillacs, La Portuaria, Kapanga, Los Cafres, Los Pericos y La Mississippi. Si bien algunos ya existían, fue en los '90 donde les llegó su momento especial. No es en vano aclarar que así como Spinetta lideró los años '70 y Charly los '80, esta década fue de Calamaro, que aun viviendo gran parte de la misma en España, su música fue un absoluto furor. Además, surgió un género impulsado por la noche joven porteña: el "Nuevo Rock Nacional". Es que entre las "Matinée" y los bailables nocturnos no existía la actividad que existe ahora, siendo el recital un espacio juvenil por excelencia. Así, además de los mencionados anteriormente, tomaron impulso grupos como Babasónicos, Juana la Loca, Los Brujos, Peligrosos Gorriones, El Otro Yo, Massacre, Fun People, etc. No todos tuvieron la trascendencia esperada, pero sin lugar a dudas protagonizaron momentáneamente un espacio en el que por esos tiempos era difícil entrar.

"Miami", álbum de Babasónicos de 1999. El nombre lo es todo: referencias al modelo, al mundo "grasa", y el salto artístico del rock crudo del "Nuevo Rock Nacional" a un género más sintético y apto para el éxito en esos tiempos. O al menos, una combinación de ambos. Se resume en "trancisión" y "adaptación" como conceptos clave.










Siguiendo con la música, la cumbia, un género importado desde el caribe hacía ya varias décadas tomó mucha más fuerza. En pocos años, lo que antes era de Alcides, Lía Crucet entre otros, se amplió, pasando por Gilda, a grandes grupos como Ráfaga, Sombras, Malagata, Luz Mala, Media Naranja, Tambó Tambó, Grupo Red, Grupo Green, y otros, que representaron muy bien a la "movida tropical". Con una transición en manos de una destacada banda como Amar Azul, el género se adaptó a la "cumbia villera" para inicios del 2000, que desembocó en Damas Gratis, Pibes Chorros, Yerba Brava, Flor de Piedra, Supermerk2, Re Piola, etc., que en su momento fueron muy desprestigiados, pero que -al menos yo- hoy puedo valorar. Y quién sabe si eso ocurrirá con la cumbia que viene sonando en los últimos cinco años, que a muchos amantes de la música nos parece lamentable y muy poco producida, si bien puede ser engañosamente pegadiza por algunas semanas. Merece un lugar aparte Rodrigo Bueno, que continuando con la labor de Carlos "la Mona" Jiménez, exportó el cuarteto de Córdoba a todo el país, y su repentina muerte martirizó a este ídolo, que revolucionó la bailanta. Y para concluir, en cuanto al género bailable, además de la cumbia y el cuarteto aparecieron bandas de carácter veraniego, dispuestas a hacer hits. El Símbolo, su principal emblema. Y esto se extendería a lo largo de la primera parte de los '00, algo opacado luego por la música electrónica y el reggaetón, que también suelen desalentar a muchos de la estirpe del rock como género de cabecera y la cumbia como género bailable por excelencia.

"El Potro" Rodrigo, un fenómeno, único e inolvidable. La presencia argentina más significativa del denominado "Club de los 27" sigue siendo parte de la noche de nuestro país, en fiestas, casamientos, boliches nocturnos y demás, sin la necesidad de generar nuevas canciones. Además, el cuarteto se masificó de la mano de otros exponentes, como Walter Olmos, Jean Carlos y Banda XXI.



La cultura; que a esta altura podrá resultar absurda para algunos, ya que lo que está siendo defendido no es de un carácter muy educativo que se pueda decir según estándares positivistas; también se vio plasmada en la televisión. De programas clásicos como "Badía y Cía." y "Feliz Domingo", puede apreciarse el paso al gran "Videomatch". Fue tal su furor, que la figura de Marcelo Hugo Tinelli pasó de ser la de un relator deportivo a ser el eterno conductor nº1 de la televisión argentina. Más tarde lanzaría en forma conjunta "Al Ritmo de la Noche", y algunos años después, Miguel Ángel Rodríguez, parte del elenco de "Videomatch", tendría su propio programa de imitaciones: "Los Rodríguez". El rival de Tinelli, Mario Pergollini, tendría "La TV Ataca"/"Caiga Quien Caiga" y "Hacelo por mí", contras de "Videomatch" y "Al Ritmo de la Noche" respectivamente. En "Badía y Cía.", "Al Ritmo de la Noche" y "Hacelo por mí", incipientes bandas tuvieron la oportunidad de presentarse, siempre en un marco semi humorístico. El conductor Nicolás Repetto también tuvo su cuota de fama con "Fax" y la primera edición de "Sábado Bus", y también tendría otras notables y alternativas producciones.

El inolvidable ciclo "Videomatch" es todavía motivo de risas entre los argentinos. Sin dudas "el Cabezón" Tinelli ha dejado su huella. De Bolívar a todo el país, criticado a veces por "generar ignorancia" nos ha alegrado innumerables noches durante el "Prime Time".





A nivel ficción, la TV también encontraría grandes novelas, pudiendo ejemplificarse con el año 1998, donde dos destacadas producciones excepcionales ocuparon la pantalla: "Gasoleros" por Canal 13 y "Muñeca Brava" por Telefé. Otras producciones anteriores quedarían en la memoria de muchos jóvenes: "Amigos son los Amigos", "Cebollitas", "Chiquititas", etc. Es cierto, el humor de Olmedo, Porcel y Portales, héroes de la TV nacional, ya era tiempo pasado, pero la reinvención -en todos los campos culturales- fue completa, y sin desacreditar a eminencias anteriores.

Pablo Rago y "Carlín" Calvo, protagonistas de "Amigos son los Amigos", que perdura en el recuerdo de todos los treintañeros de hoy en día.










Con respecto a lo que vivía la gente, la economía, si bien les tocaría el bolsillo tras el final de la década, les dio una mano ficticia a muchos. El famoso "1 a 1", el "deme dos" y otras frases representan este segmento de nuestra historia. La aparición del "grasa", ese que había dejado los clubes de barrio para adquirir una casa en un country, ese que había dejado de irse de cámping a la costa atlántica para volar a Miami, la Meca de esta época, en aviones llenos de humo. Se crearon estereotipos, hubo discriminación. Es cierto: muchos ignorantes por la mera suma de dinero se creían dueños del mundo. Pero también trabajadores con valores, primeros profesionales en sus respectivas familias y demás, habían logrado el fruto de tantos años de trabajo y esfuerzo. Sus hijos ahora asistían a colegios de renombre, clubes tradicionales, veraneaban de forma merecidamente "lujosa" por primera vez, se mudaban a barrios mejores y departamentos más grandes. Además, en coincidencia completa con la década (coincidencia no es casualidad, claro está) se abrirían los principales "shoppings" de Buenos Aires. Spinetto, Abasto, Alto Palermo, Patio Bullrich, Recoleta Mall, Paseo Alcorta, Galerías Pacífico, etc., eran nuevos destinos para transitar en casi todo momento, y gastar "peso-dólares" a mansalva para adquirir lo último de la moda, la tecnología, o hasta de los "fichines" -que paradójicamente reemplazaron las fichas por tarjetas-. El consumismo estaba instalado.

Miami, Florida, Estados Unidos. Literalmente una Meca de este período, ciudad por cuyo aeropuerto he transitado ya tres veces, pero que nunca he recorrido y ansío conocer. No posee una cultura significativa, ni un paisaje asombroso (si bien las playas son muy atractivas). Pero encontrar admiración por la falta de cultura y sentido, no es más que cultura.





Por último, el deporte realmente pasó por bastantes altibajos. La selección nacional de fútbol comenzó la década con dos Copa América, pero después caería con Nigeria en los JJ.OO. de Atlanta 1996, representando un fracaso para los argentinos. Ni hablar las copas del mundo: perder la final en el '90, la "cortada de piernas" del '94 y el gol en el último minuto recibido contra Holanda en el '98. A nivel local, Boca se hundió en una crisis, pese al regreso de Maradona, la vuelta al país de Caniggia y la dirección técnica de Bilardo. La década fue de River, pero bueno, los 2000 serían luego de Boca, y River arrancaría bien pero terminaría con un pésimo momento: son procesos naturales. Ahora bien, apareció un club que sorprendió, haciendo las cosas debidamente: Vélez Sársfield. Debe interpretarse correctamente lo que va a ser dicho, porque viene de la opinión de un hincha de un club rival. Vélez, un club de barrio, no tan chico (ya había sido campeón y había sufrido solamente un descenso) acabaría por convertirse en un club grande en cuanto a títulos e infraestructuras. El equipo de Liniers desplazaría a equipos grandes en títulos internacionales (y luego también en nacionales), su cancha sería admirada, y sus instalaciones, el destino ideal para la gente de barrios aledaños deseosa de realizar actividad deportiva. El "grasa" que no tenía equipo de fútbol, indudablemente, si no se dejaba llevar por el River de Ramón Ángel Díaz, se hacía de Vélez. Por eso sus tribunas suelen estar vacías: hinchas le sobran, pero no son verdaderos fanáticos del fútbol, y no tienen un fuerte sentido de pertenencia. Otros deportes comenzaron a desarrollarse con mayor frecuencia: el hóckey sobre césped femenino llegó a ocupar un lugar cada vez más importante y el básquetbol vio el inicio de la generación dorada. Por su parte, el boxeo perdió bastante peso: "Látigo" Coggi fue uno de los últimos grandes campeones previos a la década, mientras que durante la misma, fue muy festejado el heroico título mundial del "Roña" Castro, por la sequía que predominaba.

El Vélez campeón de la Copa Intercontinental 1994. Este equipo había vencido en la Copa Libertadores al bicampeón São Paulo, y en Japón al A.C. Milan, último campeón. Se destacaron en este equipo el paraguayo José Luis Félix Chilavert, el "Turco" Omar Asad, el "Turu" Flores, el "Pepe" Basualdo, y Roberto Trotta, entre tantos otros.




En conclusión, ésta es una acotada reseña de la década, ya que no ampara a todos los campos analizables; cuyos elementos podrían ahondarse en publicaciones futuras. Además, podría hacerse referencia al paso de estos tiempos a los actuales, y el por qué de la significativa disposición económica y social que adquirimos gracias a esto, por culpa de esto, o a pesar de esto, los argentinos. Entre crisis y crisis, la híper '89 y el corralito '01, están los '90. Defínanlos como gusten.