jueves, 13 de septiembre de 2012

Café Ochentoso

En una madrugada de los '90. en el Café Einstein, propiedad de un sujeto llamado Omar, se encontraron Indio y Gustavo. Tenían un asunto pendiente, desde hacía al menos una década; pero sus estilos de vida se habían vuelto casi opuestos incluso antes.

Indio y Gustavo se dedicaban a la pasión de la música. El problema empezó cuando Indio, todo un intelectual, logró incursionar de lleno en el arte de la música. Pero Gustavo, soberbio y glamoroso, ya se venía vanagloriando porque había logrado incorporarse al negocio de la música.

Ambos lideraban. Gustavo era partidario de la moda, lo nuevo, lo superficial. Indio era un carismático que atraía a bizarros y marginales, pero terminó atrapando al pueblo. Gustavo, a la élite.

Se sentaron juntos en una mesa. Se saludaron y felicitaron por sus proyectos, porque claro, los dos compartían profesión y vocación: músicos de rock argentino. Indio, con mayor iniciativa, rompió el hielo: -"Nene, no comprendo tus ambiciones"-, dijo. A lo que Gustavo contestó: -"Y..."- se le iluminó la mirada -"es amor lo que sangra, sobre el techo en la cúpula"-. Indio sonrío, y abandonando la breve conversación, y el mítico encuentro, replicó: -"Vamos las bandas, rajen del cielo"-.

1 comentario:

  1. cuando escuchen a esta rola les gustara mucho a mi me gusto porque hace mucho tiempo no escuchaba una buena banda https://www.youtube.com/watch?v=7bsrnc7jf1Y

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