miércoles, 7 de noviembre de 2012

El presupuesto que se nos fue de las manos

Es sabido lo que aconteció en 2001. Obviando detallar el estallido a nivel nacional, citamos a De la Rúa en una nota semi reciente, en la que reconoce haber "pagado la fiesta de Menem". Ahora bien, tomando esto como verdad, pongamos en tela de juicio lo vivido en la década. ¿Valió la pena llegar al 53% de pobreza en el país, acumular decenas de muertos en el estado de sitio declarado durante los días 19 y 20 de diciembre, y todas las otras consecuencias, a cambio de todos los placeres obtenidos por el "uno a uno" y el establishment de los diez años de gestión del riojano? Seguramente, teniendo en cuenta estos aspectos algo amarillistas, la respuesta inmediata sería "no". Pero hoy por hoy surgen ciertas opiniones de quienes no se arrepienten de nada y añoran el regreso de aquellos años. Yo no soy uno, pero indudablemente algo valoro de esos tiempos, como para haber escogido la temática que escogí para este blog. Es cierto, no tiene por qué implicar una afiliación política, que de hecho no la implica, pero de que influye de una u otra forma no puede ser motivo de discusión.

Sin la necesidad de llegar a una profunda reflexión filosófica, es evidente que las vidas perdidas, y las damnificadas en materia económica y laboral, representan una pena que no debe repetirse jamás. Llegó al punto de corromperse la complicidad y definitivamente definir a la sociedad, habiendo por ejemplo saqueos entre gente del mismo entorno al menos geográfico, como podía ser el supermercado de la esquina, ante la desesperante necesidad de obtener bienes.

Podrá decirse que se tuvo acceso a lo internacional y novedoso del mundo, que se pudieron recorrer turísticamente distintos destinos globales. Pero lo cierto es que ahora también se puede viajar, y más gente lo puede hacer, por la apreciación de la moneda y por el fuerte ingreso, en vez de justificarlo con una ley que generaba una burbuja ficticia. Además, las importaciones y el déficit liquidaron las reservas, y aniquilaron el último bastión del sueño del despegue de la industria nacional, un camino sin retorno que, al igual que en la dictadura, puso fin a un período esperanzador que ya había sido postergado varias veces.

Por todo esto, y para concluir, puede aseverarse que el costo de las vidas y el bienestar de las familias no debe ponerse en juego frente a temas sumamente mundanos y superficiales como lo relativo al consumismo. Y por si fuera poco, la parte artística que tanto se valora en este blog de la época, es consecuencia de la oposición al sistema que reinaba, y no un producto de éste.

1 comentario:

  1. cuando vean la historia de esta banda les gustara mucho como a mi tienen que verla se las dejo se llaman rockwell road https://www.youtube.com/watch?v=rboW6DRssio

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