viernes, 16 de noviembre de 2012

Análisis de "Los Mocosos", de Los Piojos

Por último en esta serie de temas analizados, llega "Los Mocosos". Del disco "Chactuchac", el primero de la banda, editado en 1993, tiene un enfoque algo distinto a los anteriores. Pero no podía ser que en estas notas se hiciera siempre referencia al "grasa" que gozaba ahora de todo lo que podía, y no al pobre que quedó más pobre y desolado que nunca.


En la tierra del ruidoy la prostitución,y las calles mugrientas,con mercados hambrientosque perforan la estación,como largas culebras,los mocosos se trepan yse van hacia el solen los trenes de piedra.los mocosos se trepan yse van hacia el sol en los trenes de piedra.
En la tierra del vinoy la drogadicción,y los hijos negados,policías mendiganal peor infractory le besan la mano.Los mocosos se trepan yse van hacia el solen bolsitas de nylon.Los mocosos se trepan yse van hacia el solen bolsitas de llanto.
Uh, na, na, no, no me dejes olvidaresta canción.Uh, na, na ,no, no me dejes olvidarla.
El pequeño Big Ben
como gotas de sangre
me pregunto por qué
esa gente no ve
detrás de los ventanales.
Los mocosos se trepan y
se van hacia el sol
a buscar a sus madres.
Los mocosos se trepan y
se van hacia el sol
a buscar a sus mamás.

¿Creíste estar en su lugar? 
¿creíste estar en su lugar? 
¿creíste estar en su lugar? 
Vas a estar en su lugar.




No es algo de lo que me haya percatado yo, pero alguna vez al leer algún foro o algo del estilo leí que estaba "ambientado" en Retiro. Ayudita más, ayudita menos, me fue cerrando todo. El entorno típico de estación, "ruido", "prostitución", idas y venidas de mares de gente, etc. Por supuesto que de los "mercados hambrientos" si de Retiro se trata, nada hace falta explicar. Y esos "mocosos", esos "pibes" que viven del paupérrimo rédito de esos mercados, se trepan a los viejos "trenes de piedra" de Retiro, en busca de algo mejor, en busca de irse "hacia el Sol".

El "vino", la "drogadicción", los "hijos negados", son sin duda moneda corriente cuando se trata de la pobre gente de la calle. ¿Y el Estado dónde está para asistirlos? Su principal fuerza de seguridad interna, la policía, está "besándole la mano", "transando", con el peor infractor, con el más malvado de todos. El "mocoso" ahora no tiene otra opción, e intenta escapar con la "bolsita de nylon", con "el poxi". "El pequeño Big Ben" remite a la Torre Monumental de Retiro (Torre de los Ingleses antes de la Guerra de Malvinas), con sus ladrillos rojizos. E interpreto que la gente que está bien, está "subida a la torre", que encima carga con una característica anglófila, "no ve detrás de los ventanales", y desconoce todo lo que ocurre en una de las principales entradas a la Capital Federal. Y eso que creyeron estar en su lugar...

Análisis de "El balneario de los doctores crotos", de Los Piojos


Ahora, pasando a los Piojos, toca analizar “El balneario de los doctores crotos”, un tema que es muy real, y por sobre todas las cosas, explícito, aun en la ficción del cómico personaje “Iseca” (se recomienda ver el video, muy claro todo). La canción es parte del disco “Azul”, de 1998, uno de los más ricos de Los Piojos.

"Aia ia io pagué ioaia ia io pagué.
Iba confiado el linyera a la playadonde ninguno se baña, sabés.Salud querida, querida eminencia,la diferencia está en el jacquet. 
Es conocida la vida de este crotosu nombre es Iseca e ignora la ley,lo indemnizaron con unos porotos,se volvió loco y dice que es Baley. Algunos dicen que era maestro,otros afirman que era doctor. No hubo dinero para su genio, la cretinada privatizó. 
Ahora la yuta a veces lo encierray escucha la lucha del globo campeón.El profesor y arquero Isecaseca su frente y renuncia al dolor. Dale a tus ojos rojos para que bailepara que baile siempre el gran corazón... El sol, corona de espinas de oro,la playa roñosa al amanecer,mirá, los crotos fuman fasos rotos,se ríen y toman un mate también.A veces gritan, escupen, putean, se quejan, les pegan, se dejan de joder.Después se toman un vino en la arena,se duermen sin pena hasta el amanecer. el croto no es dueño del tinto que toma, de la nafta que lo lleva, ni del camión, ni del tren, ni del pucho que se fuma, ni de la lámpara que cuelga, ni del gas, ni del agua, ni del kerosene, ni las gallinas, las vacas, la tierra, las latas, ni de los aviones que ve, ni las rutas que recorre, los teléfonos que ignora, ni las voces en la radio, ni las noticias de ayer.





El tema ya comienza con el “io”, imitando al ex presidente, en ese momento de turno, Carlos S. Menem. “Io pagué, io pagué”, el único recurso que le queda al “croto” para velar por sus posesiones, vistas como algo que no corresponde por gran parte de la sociedad (parece ser que por los artistas también). “La diferencia está en el jacquet”, en el nivel, en ir a la playa. Pero ocurre que este personaje no es como en temas anteriores un muchacho del conurbano, o un trabajador del taller mecánico. Se trata de un médico de renombre, al parecer. A la vez, cuando la letra va ampliando el espectro de destinatarios, parece focalizarse en un “croto” que no está “en la espuma social”, sino que pese a ostentar y creerse la mentira de sus aspiraciones, está sumido en lo precario, mundano y sobre todo efímero.

Tal como refleja el video, se entiende que con todo el auge del consumo y los ’90, en plena aparición de los Shopping, deciden emplazar uno en el hospital donde Iseca trabajaba (en el hospital parecía ser Clínicas). Es muy claro el gesto de que “lo indemnizaron con unos porotos”, lo sobornaron, lo hicieron parte de la corrupción dominante. ¿Quiénes? La cretinada, la clase política, los que privatizaron y en el final del video van rematando el país. No parece ser una cuestión clave, pero se puede analizar que Baley era un arquero de Huracán y la selección nacional allá por los años ’70,  y al ser hincha de ese club, Iseca, encerrado (debo reconocer que no logro entender por qué), escucha sus partidos.

“Dale a tus ojos rojos para que baile” no tiene una coherencia muy clara. Sin embargo es un “siga, siga”, algo que evita que se le preste atención a lo que está ocurriendo, si total “lo hacen todos”. Ya pasa a ser lamentable la imagen de esa “playa roñosa” y la fumada de “fasos rotos” en este caso del Río de la Plata, pero que en la imaginación podría ser la número uno de Miami, y estar de igual manera atestada de estos “crotos”. Es sumamente propia del “grasa argento” la parte de “a veces gritan, escupen, putean, se quejan y les pegan, se dejan de joder”, muy fiel a la personalidad de muchos de nuestra nacionalidad, y quizá hasta me incluyo. Termina diciendo todo aquello de lo que no somos dueños, que comienza con cosas de cada uno, como servicios, utilidades, bienes, pero culmina con lo de todos, que nos ha sido quitado. Nuestra tierra, nuestras vacas, nuestras rutas, íconos de lo nacional, se han ido. El “croto” irá a ver despegar a los aviones, pero sin saber que ese mundo ya les era ajeno a los argentinos.

Análisis de "El Sumum", de Babasónicos


Continuando con la “movida sónica”, el tema que sigue es también del grupo de Adrián “Dárgelos” Rodríguez y sus amigos. Cronológicamente es anterior, situado en “Miami”, del año 1999, que es una óptima descripción de la época en más de una canción. El video está algo extendido, por la realización del videoclip, pero se escucha sin ninguna diferencia.

"Llegó, llegó, llegó, el Sumum. Todos en el mundo somos grasas, no hago distinción de sexo y raza, sólo que unos lo disfrutan y otros no pueden evitarlo. Nevado pinzado en lo zarpado, fumando un cañón por el armado, su sueño clandestino es ser galán de tele teatro. Chulos en el ruido y la pomada, piel dorada brilla transpirada, del taller excitados van directo a la picada.Chongas tapizando las paredes, floto en el aroma de mujeres, procesión de panteras vienen del spa y van a la guerra.Moncho VIP de sábado a la noche, limpian los cromados de sus coches, decidido a la fiesta, soy un honcho y mi noche es ésta.Llegó, llegó, llegó, el Sumum."






¿Qué es “ser el Sumum”? Pues ser lo máximo, el número uno. Y esto era lo que parecía ocurrir por esos tiempos. Sí, a fines de los ’90 todos éramos grasas, a nuestra manera. El estereotipo aquí, un nuevo personaje de la temática de Babasónicos, es el “rey de la noche”. Es uno de los que disfruta su situación, mientras que los que no pueden evitarlo es porque no pueden escaparle al sistema. La reforma del Estado y la sociedad les ha caído encima y es algo irreversible. Algo que no sólo está al alcance de la mano, sino que les es arrojado a todos por la cabeza.

La canción habla de una vida llena de vicios, mundana pero “de lo mejor”. Fumando con clase, queriendo ser el héroe de la novela, mostrándose. La “piel dorada” que “brilla transpirada” cuando se la pasan de playa en playa, sea en Punta del Este, Miami, Brasil, etc., destinos que habían dejado de ser exclusivos. Es letal la frase “del taller excitados van directo a la picada”. Así es, los muchachos que dejan todo trabajando en un taller mecánico van palpitando la noche, y acaban por ingresar en el “caretaje”. Todo lleno de mujeres, que no vacilan en ir “a la guerra”.

Ahora “Moncho VIP” puede lustrar su propio auto, fuera del trabajo del taller. Y el remate es muy claro: “decidido a la fiesta, soy un honcho y mi noche es ésta. Llegó el Sumum”, es el sentimiento que llevó a una sociedad a dejar todo por los placeres sumamente vanales, ignorando todas las otras cuestiones de la vida. El consumo, el ostentar, el pertenecer, fueron ganando terreno, y rasgaron el modelo de la Argentina social y solidaria. Al menos, en ese entonces... ¿o no?

Análisis de "Fizz", de Babasónicos


A continuación se vendrá un análisis de ciertas canciones referidas a la época, cada una a su manera. En primer lugar toca “Fizz”, de Babasónicos. Incluida en el álbum “Jessico” de 2001, que fue elegido mejor disco de la década pasada recientemente, implica una buena descripción de lo que era el “grasa” “nuevo rico” de los ’90.

"Duelo de vedettes, pluma por doquier, ira a flor de piel, le clavó su taco aguja. 
Y ahora está del otro lado, no conecta el pasado, su conciencia, la tormenta y huye. 
Fiesta de farsantes de la espuma social, invitame a pasar. Fiesta de farsantes de la espuma social invitame a pasar. 

Chico dandy, rey farsante, diferente igual del suburbio que se escapa. 
Deja atrás el gris cemento, flash neón, luces del centro. Seducido, cae en la trampa. 
Fiesta de farsantes de la espuma social invitame a pasar. Fiesta de farsantes de la espuma social invitame a pasar. 
Galoperos por dinero sacan un puñal sangre tibia en el paisaje. 
Cruza a vuelo sobre el puente, lo distrae la corriente, piensa en ello y no hay marcha atrás. 
Fiesta de farsantes de la espuma social invitame a pasar. Fiesta de farsantes de la espuma social invitame a pasar."





En primer lugar, fiel a las letras de Babasónicos, se habla de un personaje inventado (o varios) que funciona como estereotipo. En este caso parecería tratarse de los beneficiarios de los cambios producidos en la década de 1990.

Se habla de la “guerra de vedettes”, algo propio de la gente “top”, como algo ahora masificado, hasta el uso del taco aguja. El personaje ya ha pasado del otro lado, es decir, ya se ha acoplado al estrato social que quería, y ahondándolo con el final, “no hay marcha atrás”. Es muy fiel a lo que sucedía esto último, y el hecho de “no conectar el pasado”, de ocultar los orígenes y dejarse llevar por la ostensión. No es otra cosa que lo que hace el chico dandy que se escapa del suburbio, que llega al “flash, neón, luces del centro”, situación en la que según la letra está siendo una víctima.

Y ni hablar del estribillo, es una síntesis perfecta. “Fiesta de farsantes de la espuma social, invitame a pasar”. Una fiesta de aquellos que creen estar en la cresta de la ola, por sobre esa espuma de champagne que ahora está en las copas de todos. Invitame a pasar, sumame, o citando a Calamaro “no se puede vivir de otra manera, porque si no la gente ni se entera”.

En fin, un gran tema, con la riqueza propia de haberse hecho ya con el cambio consumado, habiendo percibido profundamente las variaciones. Unos meses después del lanzamiento del disco, llegaría el gran estallido, y nada volvería a ser igual.

jueves, 15 de noviembre de 2012

El Nuevo Rock Argentino


El Nuevo Rock Argentino fue una corriente propia de la década del '90. Con exponentes como Babasónicos, hoy de conocimiento casi universal en Latinoamérica, le dio un impulso a nuevos grupos, a la vez que complementó a los anteriores. No se caracterizó por un estilo propio, ya que manifestaba en sus melodías los ritmos tradicionales del rock nacional. Sin embargo, inició la denominada "movida sónica", que acercó al rock con el pop en nuestro país. De más está decir que la década fue muy rica y trajo también muchísimos grupos de nivel, pero si a esta corriente se refiere, hay un selectivo conjunto de alrededor de 5 a 10 bandas.

Babasónicos, Juana la Loca, Los Brujos, Massacre, El Otro Yo, Peligrosos Gorriones, Fun People, etc., todos ellos hicieron su aporte. Con un gran impacto en la juventud, lograron imponerse con facilidad, en una cruzada muy característica del estilo del pop. En los casos de Babasónicos y Juana la Loca es curioso que se da un antecedente común. Tanto Adrián "Dárgelos" Rodríguez del primero como Rodrigo Martín del segundo tuvieron un viaje en soledad al Reino Unido, donde conocieron el britpop y otros estilos que contribuirían más tarde al armado de lo "sónico". Ambos también eran de la zona sur del conurbano bonaerense. JLL de Temperley y Babasónicos de Lanús.

Fueron una sensación de la época, y consistieron en una nueva generación, que además tenía vínculos entre sí, y hacían presentaciones en forma conjunta, así como en discos ajenos. A su vez tuvieron buenas relaciones con otros grupos contemporáneos, como LFC, L7D, y grandes productores y músicos como Daniel Melero o el propio Cerati.

Luego de años hoy por hoy rozan el olvido. Babasónicos siendo cada vez más comercial ha alcanzado niveles de popularidad inéditos. Por su parte, Juana la Loca no elabora un disco de estudio desde 2008. Peligrosos Gorriones terminó con los 90 pero hace no mucho dieron un recital a modo de reencuentro. Fun People y Los Brujos fueron sumamente efímeros, y su revuelo descendió con los años. Por último El Otro Yo y Massacre siguen existiendo, pero parece que conservarán un segundo plano en lo que les quede. Pero lo bueno de la música es que no prescribe, y podremos disfrutar de sus discos hasta cuando se nos plazca.

¿La autopsia del rock?

Para los amantes del rock, desde hace años que nos encontramos en tiempos difíciles. Muchas cosas han cambiado, y sin la necesidad de revitalizar el pasado, ya que si bien valoro y aprecio el rock de los años '60, '70 y '80, la mayoría de mi música está situada cronológicamente en la última década del siglo XX. Se habla de la "muerte del rock", cosa que por mucho que duela y cueste aceptarlo, podría ser real. Que "muera" no significaría que se prohibiera, ni que dejaran de existir artistas empeñados en él. Pero antes era algo icónico, era la música popular en sí, una fiel expresión de la sociedad, y puede ser que pase a ser simplemente un estilo más.

Para ello pueden distinguirse dos principales razones. La primera es cada vez más fuerte, y se relaciona con la década, aunque no exclusivamente con nuestro país. El consumismo y el mercado han traído grandes deficiencias en materia de discográficas. Cada vez son menos los osados que se atreven a producir de forma independiente, que es lo ideal, y tienen que lidiar con estos monstruos del capital y la devastación del arte.

La otra, más propia de la Argentina, es la desaparición de la clase media. Con la división de la sociedad entre los pobres desempleados y los "grasas" enriquecidos, la clase media murió. La clase baja optó por los géneros tropicales, en su momento valiosos, y hoy cada vez más denostados. La clase alta incursionó en la música que llegaba del viejo mundo, que el día de hoy adquirió una enorme repercusión, como lo es la música electrónica (en ese entonces denominada "marcha"). La clase media se quedó con el rock. ¿Pero qué clase media? Ahora había que ser blanco o negro. Rico (elitista / grasa enriquecido) o pobre (clase baja / "rico jipón"). El rock fue entonces, y es ahora, a la vez la música de todos y la música de nadie. Pero la música no es ciencia, y la estricta clasificación antes expuesta debería ir esfumándose con la globalización, un fenómeno que para esto jugaría a favor. Dicho sea de paso, no es de mi creencia que la descarga y similares acciones con la música haya deteriorado la calidad del arte, sino que el sistema se ha reinventado, y posiblemente para bien.

En conclusión, mientras sus oyentes sigamos existiendo, aunque no tengamos conciencia de grupo social, creo que el rock no morirá. Pero deberemos volvernos más abiertos de mente para devolverlo al lugar que se merece, y sacarlo de esta tediosa y traumática terapia intensiva.

El pueblo que vivió una fiesta del ser robado

El siguiente es un video algo extenso, pero no por ello poco valioso. Reforzando el debate sobre si valió la pena o no obtener ciertas ventajas en los años '90, esto despeja cualquier duda. Si en el post anterior se justificaba que había sido una barbaridad mediante los muertos, heridos y perjudicados del "Argentinazo", hoy el fundamento crece al encontrarse en la década en sí misma, como contracara de todo lo "bueno" que conllevó. Mediante este trabajo de ciertos investigadores de renombre como Felipe Pigna se ve cómo los políticos escogidos y sus funcionarios designados "vendieron" el país, y se llenaron los bolsillos con el monto que recibieron.



Es cierto, puede considerarse una apreciación parcialmente subjetiva, ya que está expuesta por personajes de la izquierda argentina. El ya mencionado Felipe Pigna, la nota a J.P. Feinmann, etc. Pero la opinión vale de igual manera, y dentro de todo el video contiene datos inobjetables, hechos reales. Por otro lado, también se les da su espacio a Álvaro Alsogaray y el ex Ministro del Interior, entre otros.

Para concluir, que se haga expreso el repudio hacia este modelo, y hacia la actitud egoísta, poco honesta e incoherente con el pueblo que han tenido estos gobernantes. Es un deseo que la democracia no permita, pese a los engaños que muchas veces se les hacen a los votantes, que los corruptos e individualistas sigan gobernando esta tierra por muchos años.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

El presupuesto que se nos fue de las manos

Es sabido lo que aconteció en 2001. Obviando detallar el estallido a nivel nacional, citamos a De la Rúa en una nota semi reciente, en la que reconoce haber "pagado la fiesta de Menem". Ahora bien, tomando esto como verdad, pongamos en tela de juicio lo vivido en la década. ¿Valió la pena llegar al 53% de pobreza en el país, acumular decenas de muertos en el estado de sitio declarado durante los días 19 y 20 de diciembre, y todas las otras consecuencias, a cambio de todos los placeres obtenidos por el "uno a uno" y el establishment de los diez años de gestión del riojano? Seguramente, teniendo en cuenta estos aspectos algo amarillistas, la respuesta inmediata sería "no". Pero hoy por hoy surgen ciertas opiniones de quienes no se arrepienten de nada y añoran el regreso de aquellos años. Yo no soy uno, pero indudablemente algo valoro de esos tiempos, como para haber escogido la temática que escogí para este blog. Es cierto, no tiene por qué implicar una afiliación política, que de hecho no la implica, pero de que influye de una u otra forma no puede ser motivo de discusión.

Sin la necesidad de llegar a una profunda reflexión filosófica, es evidente que las vidas perdidas, y las damnificadas en materia económica y laboral, representan una pena que no debe repetirse jamás. Llegó al punto de corromperse la complicidad y definitivamente definir a la sociedad, habiendo por ejemplo saqueos entre gente del mismo entorno al menos geográfico, como podía ser el supermercado de la esquina, ante la desesperante necesidad de obtener bienes.

Podrá decirse que se tuvo acceso a lo internacional y novedoso del mundo, que se pudieron recorrer turísticamente distintos destinos globales. Pero lo cierto es que ahora también se puede viajar, y más gente lo puede hacer, por la apreciación de la moneda y por el fuerte ingreso, en vez de justificarlo con una ley que generaba una burbuja ficticia. Además, las importaciones y el déficit liquidaron las reservas, y aniquilaron el último bastión del sueño del despegue de la industria nacional, un camino sin retorno que, al igual que en la dictadura, puso fin a un período esperanzador que ya había sido postergado varias veces.

Por todo esto, y para concluir, puede aseverarse que el costo de las vidas y el bienestar de las familias no debe ponerse en juego frente a temas sumamente mundanos y superficiales como lo relativo al consumismo. Y por si fuera poco, la parte artística que tanto se valora en este blog de la época, es consecuencia de la oposición al sistema que reinaba, y no un producto de éste.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Café Ochentoso

En una madrugada de los '90. en el Café Einstein, propiedad de un sujeto llamado Omar, se encontraron Indio y Gustavo. Tenían un asunto pendiente, desde hacía al menos una década; pero sus estilos de vida se habían vuelto casi opuestos incluso antes.

Indio y Gustavo se dedicaban a la pasión de la música. El problema empezó cuando Indio, todo un intelectual, logró incursionar de lleno en el arte de la música. Pero Gustavo, soberbio y glamoroso, ya se venía vanagloriando porque había logrado incorporarse al negocio de la música.

Ambos lideraban. Gustavo era partidario de la moda, lo nuevo, lo superficial. Indio era un carismático que atraía a bizarros y marginales, pero terminó atrapando al pueblo. Gustavo, a la élite.

Se sentaron juntos en una mesa. Se saludaron y felicitaron por sus proyectos, porque claro, los dos compartían profesión y vocación: músicos de rock argentino. Indio, con mayor iniciativa, rompió el hielo: -"Nene, no comprendo tus ambiciones"-, dijo. A lo que Gustavo contestó: -"Y..."- se le iluminó la mirada -"es amor lo que sangra, sobre el techo en la cúpula"-. Indio sonrío, y abandonando la breve conversación, y el mítico encuentro, replicó: -"Vamos las bandas, rajen del cielo"-.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

"Catamarca", de Norma Elena Morandini

La Senadora Nacional por la Provincia de Córdoba, y candidata a vicepresidenta de la Nación por el Frente Amplio Progresista en las últimas elecciones, escribió en 1991 una valiosa pieza periodística sobre el caso María Soledad Morales. Este caso, a la par del caso Bulacio, el caso Yabrán-Cabezas, el caso Carrasco (Servicio Militar), el caso Barreda, el caso del ingeniero Santos, y otros tantos, signaron a la década en materia de "policiales". Es cierto, hubo atentados, hubo corrupción, hubo tráfico de armas, hubo accidentes aéreos. Pero lo que aquí sucedió fueron casos que, comprometiendo a individuos, repercutieron de manera estrepitosa a nivel nacional. Algunos implicaron también encubrimiento, otros no, pero en más de uno salió a la luz lo endeble del sistema de justicia y las fuerzas de seguridad en Argentina.

El caso María Soledad Morales fue el primer amague del derrumbe del sistema cuasi feudal en provincias del NOA. Una joven de 17 años drogada, violada y asesinada, sin culpables aparentes, con un brutal encubrimiento al tratarse de "los hijos del poder" provinciales. Las familias patricias de la provincia de ningún modo permitieron que se tocara su honor. Apellidos como Saadi que aún están en nuestra "Honorable Cámara de Senadores de la Nación" debieron defenderse y casi lo lograron. Excepto por el pueblo, la gente. Ellos se manifestaron, dando origen a las "marchas del silencio", que ya son moneda corriente en todo el país cuando de inseguridad se trata. Con activa lucha lograron hacer que se esclareciera el caso, y que se viera el lamentable statu quo de la provincia.

En su sitio web, Morandini declara:

"Este libro nació como un reportaje. Terminó como un ensayo. No me siento escritora, apenas una cronista que busca trasponer la inevitable superficialidad a la que nos condena el trabajo periodístico. Definidos por su fugacidad, los diarios encierran una extraña paradoja: un día después son inútiles, cien años más tarde, un documento-  ¿O acaso, existe algo más inservible que un diario viejo?  Se utilizan para envolver huevos, rellenar carteras vacías o proteger delicadas piezas de una mudanza. Archivados, en cambio, se tornan poderosos, mitifican la historia. (...)"


El ensayo-crónica narra una historia trágica y conmovedora a la vez, de cómo la gente, en actitud compasiva, se manifestó al punto de acabar con la prácticamente dinastía Saadi en el Poder Ejecutivo de Catamarca. Quedaron manchados en el camino el presidente de turno (el riojano, lo vengo mencionando demasiado), el funesto Luis Abelardo Patti (a quien las rejas le llegaron tarde) y muchas familias poderosas de la provincia catamarqueña, entre otras personas.

Concluye este trabajo con la frase "Cuando el tirano cae, su poder termina. Cuando la víctima muere, su poder empieza.". No creo que haga falta especificar mucho, pero si algo se puede decir es que una joven mujer, lamentablemente pagando con su vida, generó un movimiento inigualable siempre a punto de explotar, que logró vencer incluso a la inexorable e inquebrantable autoridad, y a las maliciosas corrupción y deshonestidad.

¿Cómo funciona un SONY WALKMAN?

Permitáseme aclarar antes que nada que fue lo único valioso que encontré para satisfacer la consigna. Este muchacho colombiano, sin quererlo, me ha hecho un gran favor, y "a caballo regalado no se le miran los dientes".

¿Qué quiero decir? Puede que resulte algo tedioso el video. La verdad, tanto las tomas como la presentación del autor no están estratégicamente diseñadas para llamar la atención, para nada. Sin embargo, si se le pone ganas, se puede disfrutar -en caso de tener memoria o todavía coexistir con este tipo de "ex nueva tecnología"- de un nostálgico recuerdo.

El WALKMAN fue un producto de SONY que consistía en un reproductor portátil (a través del uso de pilas) de casettes. Si bien data, en su primera versión, del año 1979, entre el retraso tecnológico en Argentina que por entonces todavía existía, y la prolongación de su furor, realmente ha sido uno de los principales elementos de uso cotidiano de la juventud en los años '90. Es que los discos compactos (CD's) no se encontraban todavía tan difundidos, y existía cierta "cultura del casette" que favorecía el uso de estos aparatos. Por si fuera poco, su invento análogo pero para CD's, el DISCMAN, era impráctico por sus grandes dimensiones, y con certeza se puede decir que se lo inventó para desplazar a un rival nada fácil como lo fue el WALKMAN.


La "cultura del casette" simbolizaba un gran desafío. Esas idas a Parque Rivadavia o lugares del estilo en búsca de algún "inconseguible" de seguro habían de tener una mística bestial. O sobre todo esas largas jornadas de escuchar la radio esperando a que pasaran la canción que uno quería, con el dedo sobre el REC del equipo de música preparado, y el casette dentro, para añadir el tema deseado cuanto antes y hacer un "compilado" ciento por ciento manual. Es cierto, las nuevas tecnologías brindan comodidades únicas, y ahorran miles de procesos que antes era inimaginable evadir. Pero esa anestesia no significa que el "dolor" fuera siempre un castigo. A veces el placer excede a los límites del espacio, del tiempo, de la energía, de las ganas, etc. Se trata de sentir ese dejo de añoranza que enorgullece el propio pasado.

Al día de hoy la gran mayoría de la gente camina por la calle con auriculares. Es cierto, tienen dispositivos con memoria incorporada, con cientos de opciones más, y con una batería recargable mediante una entrada de tan sólo 9 voltios. Pero quizá el mundo sería otra cosa si en esa sucesión tecnológica no hubiese aparecido el mítico WALKMAN, que será por siempre recordado. Con humor, nostalgia o lo que fuere, se ganó su lugar.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El liderazgo de Carlitos... ¿o no?

La siguiente es una presentación cuya consigna implicaba combinar la definición de liderazgo según un determinado marco teórico que se trabajó, con algo relacionado con la temática del blog de cada uno. Obviamente, el líder por excelencia de la década de los '90 en Argentina fue... el innombrable.

domingo, 19 de agosto de 2012

¿Por qué los años '90?

Como primera publicación, de aquí en más, se procede a explicar la temática del blog. Muchos se preguntarán y objetarán la elección de este lapso temporal. Primero que nada, vale aclarar que la aspiración consiste en tratar a la cultura argentina de la década de 1990, cómo se llegó a comenzar dicha década, y a qué se llegó al finalizarla (ya que la historia, y más aún la cultura, son herramientas accesibles para analizar el presente).

Es cierto: viví sólo cinco años y tres meses de esta década, en los cuales mi mente apenas era consciente. Chicago, mi equipo de fútbol, no logró ningún ascenso a Primera División (sí lo hizo en los '80 y los '00). El modelo político reinante era peronista, y el económico era neoliberal, disintiendo yo con ambos, de forma no acérrima, pero muy marcada. El modelo político posibilitó la reelección de un gobierno sumamente corrupto y deshonesto, que llevó a este país a la catástrofe con su mentirosa e injusta economía. La desigualdad se acrecentó, dividiendo a la clase media, que es lo que en los "países serios" mueve al mercado laboral y a la actividad económica. Las clases baja y media-baja se estancaron y padecieron enormemente la posterior crisis del 2001. Las clases alta y media-alta se vieron inmersas en diferencias sociales: el "country" ahora hacía confluir al "grasa" o "nuevo rico" con el histórico y molesto conservador aristócrata. La debacle en la educación primaria y secundaria estatal se profundizó aun más, y la escuela dejó de ser el núcleo de integración igualitario. Ahora cada uno se vinculaba y crecía únicamente con gente de su propio estrato social, creando injustos círculos viciosos o virtuosos según correspondiera.

Que se sepa como gran supersticioso que soy lo que me costó tener que incorporar esta imagen. Eso sí, no voy a incluir el nombre, el que lo sepa, bien, el que no, lo siento mucho.















Ahora bien, todo esto, evidentemente de forma relacionada, trajo aspectos muy positivos -a mi criterio- a nivel cultural. En cuanto a la música, grandes grupos de rock como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Divididos y Las Pelotas (sucesores de Sumo), entre otros, reinventaron los temas abordados, pasando de la dictadura y similares a reflejar a la sociedad reformada. A estos se les puede sumar otros grupos nuevos: Los Piojos, La Renga, Attaque 77, etc. Por si fuera poco, a lo largo de la década se sumaron nuevos, provenientes del "Rock Chabón", "Rolinga", etc., como Viejas Locas, Los Ratones Paranoicos, Callejeros; y otros de estilos distintos, como Los Fabulosos Cadillacs, La Portuaria, Kapanga, Los Cafres, Los Pericos y La Mississippi. Si bien algunos ya existían, fue en los '90 donde les llegó su momento especial. No es en vano aclarar que así como Spinetta lideró los años '70 y Charly los '80, esta década fue de Calamaro, que aun viviendo gran parte de la misma en España, su música fue un absoluto furor. Además, surgió un género impulsado por la noche joven porteña: el "Nuevo Rock Nacional". Es que entre las "Matinée" y los bailables nocturnos no existía la actividad que existe ahora, siendo el recital un espacio juvenil por excelencia. Así, además de los mencionados anteriormente, tomaron impulso grupos como Babasónicos, Juana la Loca, Los Brujos, Peligrosos Gorriones, El Otro Yo, Massacre, Fun People, etc. No todos tuvieron la trascendencia esperada, pero sin lugar a dudas protagonizaron momentáneamente un espacio en el que por esos tiempos era difícil entrar.

"Miami", álbum de Babasónicos de 1999. El nombre lo es todo: referencias al modelo, al mundo "grasa", y el salto artístico del rock crudo del "Nuevo Rock Nacional" a un género más sintético y apto para el éxito en esos tiempos. O al menos, una combinación de ambos. Se resume en "trancisión" y "adaptación" como conceptos clave.










Siguiendo con la música, la cumbia, un género importado desde el caribe hacía ya varias décadas tomó mucha más fuerza. En pocos años, lo que antes era de Alcides, Lía Crucet entre otros, se amplió, pasando por Gilda, a grandes grupos como Ráfaga, Sombras, Malagata, Luz Mala, Media Naranja, Tambó Tambó, Grupo Red, Grupo Green, y otros, que representaron muy bien a la "movida tropical". Con una transición en manos de una destacada banda como Amar Azul, el género se adaptó a la "cumbia villera" para inicios del 2000, que desembocó en Damas Gratis, Pibes Chorros, Yerba Brava, Flor de Piedra, Supermerk2, Re Piola, etc., que en su momento fueron muy desprestigiados, pero que -al menos yo- hoy puedo valorar. Y quién sabe si eso ocurrirá con la cumbia que viene sonando en los últimos cinco años, que a muchos amantes de la música nos parece lamentable y muy poco producida, si bien puede ser engañosamente pegadiza por algunas semanas. Merece un lugar aparte Rodrigo Bueno, que continuando con la labor de Carlos "la Mona" Jiménez, exportó el cuarteto de Córdoba a todo el país, y su repentina muerte martirizó a este ídolo, que revolucionó la bailanta. Y para concluir, en cuanto al género bailable, además de la cumbia y el cuarteto aparecieron bandas de carácter veraniego, dispuestas a hacer hits. El Símbolo, su principal emblema. Y esto se extendería a lo largo de la primera parte de los '00, algo opacado luego por la música electrónica y el reggaetón, que también suelen desalentar a muchos de la estirpe del rock como género de cabecera y la cumbia como género bailable por excelencia.

"El Potro" Rodrigo, un fenómeno, único e inolvidable. La presencia argentina más significativa del denominado "Club de los 27" sigue siendo parte de la noche de nuestro país, en fiestas, casamientos, boliches nocturnos y demás, sin la necesidad de generar nuevas canciones. Además, el cuarteto se masificó de la mano de otros exponentes, como Walter Olmos, Jean Carlos y Banda XXI.



La cultura; que a esta altura podrá resultar absurda para algunos, ya que lo que está siendo defendido no es de un carácter muy educativo que se pueda decir según estándares positivistas; también se vio plasmada en la televisión. De programas clásicos como "Badía y Cía." y "Feliz Domingo", puede apreciarse el paso al gran "Videomatch". Fue tal su furor, que la figura de Marcelo Hugo Tinelli pasó de ser la de un relator deportivo a ser el eterno conductor nº1 de la televisión argentina. Más tarde lanzaría en forma conjunta "Al Ritmo de la Noche", y algunos años después, Miguel Ángel Rodríguez, parte del elenco de "Videomatch", tendría su propio programa de imitaciones: "Los Rodríguez". El rival de Tinelli, Mario Pergollini, tendría "La TV Ataca"/"Caiga Quien Caiga" y "Hacelo por mí", contras de "Videomatch" y "Al Ritmo de la Noche" respectivamente. En "Badía y Cía.", "Al Ritmo de la Noche" y "Hacelo por mí", incipientes bandas tuvieron la oportunidad de presentarse, siempre en un marco semi humorístico. El conductor Nicolás Repetto también tuvo su cuota de fama con "Fax" y la primera edición de "Sábado Bus", y también tendría otras notables y alternativas producciones.

El inolvidable ciclo "Videomatch" es todavía motivo de risas entre los argentinos. Sin dudas "el Cabezón" Tinelli ha dejado su huella. De Bolívar a todo el país, criticado a veces por "generar ignorancia" nos ha alegrado innumerables noches durante el "Prime Time".





A nivel ficción, la TV también encontraría grandes novelas, pudiendo ejemplificarse con el año 1998, donde dos destacadas producciones excepcionales ocuparon la pantalla: "Gasoleros" por Canal 13 y "Muñeca Brava" por Telefé. Otras producciones anteriores quedarían en la memoria de muchos jóvenes: "Amigos son los Amigos", "Cebollitas", "Chiquititas", etc. Es cierto, el humor de Olmedo, Porcel y Portales, héroes de la TV nacional, ya era tiempo pasado, pero la reinvención -en todos los campos culturales- fue completa, y sin desacreditar a eminencias anteriores.

Pablo Rago y "Carlín" Calvo, protagonistas de "Amigos son los Amigos", que perdura en el recuerdo de todos los treintañeros de hoy en día.










Con respecto a lo que vivía la gente, la economía, si bien les tocaría el bolsillo tras el final de la década, les dio una mano ficticia a muchos. El famoso "1 a 1", el "deme dos" y otras frases representan este segmento de nuestra historia. La aparición del "grasa", ese que había dejado los clubes de barrio para adquirir una casa en un country, ese que había dejado de irse de cámping a la costa atlántica para volar a Miami, la Meca de esta época, en aviones llenos de humo. Se crearon estereotipos, hubo discriminación. Es cierto: muchos ignorantes por la mera suma de dinero se creían dueños del mundo. Pero también trabajadores con valores, primeros profesionales en sus respectivas familias y demás, habían logrado el fruto de tantos años de trabajo y esfuerzo. Sus hijos ahora asistían a colegios de renombre, clubes tradicionales, veraneaban de forma merecidamente "lujosa" por primera vez, se mudaban a barrios mejores y departamentos más grandes. Además, en coincidencia completa con la década (coincidencia no es casualidad, claro está) se abrirían los principales "shoppings" de Buenos Aires. Spinetto, Abasto, Alto Palermo, Patio Bullrich, Recoleta Mall, Paseo Alcorta, Galerías Pacífico, etc., eran nuevos destinos para transitar en casi todo momento, y gastar "peso-dólares" a mansalva para adquirir lo último de la moda, la tecnología, o hasta de los "fichines" -que paradójicamente reemplazaron las fichas por tarjetas-. El consumismo estaba instalado.

Miami, Florida, Estados Unidos. Literalmente una Meca de este período, ciudad por cuyo aeropuerto he transitado ya tres veces, pero que nunca he recorrido y ansío conocer. No posee una cultura significativa, ni un paisaje asombroso (si bien las playas son muy atractivas). Pero encontrar admiración por la falta de cultura y sentido, no es más que cultura.





Por último, el deporte realmente pasó por bastantes altibajos. La selección nacional de fútbol comenzó la década con dos Copa América, pero después caería con Nigeria en los JJ.OO. de Atlanta 1996, representando un fracaso para los argentinos. Ni hablar las copas del mundo: perder la final en el '90, la "cortada de piernas" del '94 y el gol en el último minuto recibido contra Holanda en el '98. A nivel local, Boca se hundió en una crisis, pese al regreso de Maradona, la vuelta al país de Caniggia y la dirección técnica de Bilardo. La década fue de River, pero bueno, los 2000 serían luego de Boca, y River arrancaría bien pero terminaría con un pésimo momento: son procesos naturales. Ahora bien, apareció un club que sorprendió, haciendo las cosas debidamente: Vélez Sársfield. Debe interpretarse correctamente lo que va a ser dicho, porque viene de la opinión de un hincha de un club rival. Vélez, un club de barrio, no tan chico (ya había sido campeón y había sufrido solamente un descenso) acabaría por convertirse en un club grande en cuanto a títulos e infraestructuras. El equipo de Liniers desplazaría a equipos grandes en títulos internacionales (y luego también en nacionales), su cancha sería admirada, y sus instalaciones, el destino ideal para la gente de barrios aledaños deseosa de realizar actividad deportiva. El "grasa" que no tenía equipo de fútbol, indudablemente, si no se dejaba llevar por el River de Ramón Ángel Díaz, se hacía de Vélez. Por eso sus tribunas suelen estar vacías: hinchas le sobran, pero no son verdaderos fanáticos del fútbol, y no tienen un fuerte sentido de pertenencia. Otros deportes comenzaron a desarrollarse con mayor frecuencia: el hóckey sobre césped femenino llegó a ocupar un lugar cada vez más importante y el básquetbol vio el inicio de la generación dorada. Por su parte, el boxeo perdió bastante peso: "Látigo" Coggi fue uno de los últimos grandes campeones previos a la década, mientras que durante la misma, fue muy festejado el heroico título mundial del "Roña" Castro, por la sequía que predominaba.

El Vélez campeón de la Copa Intercontinental 1994. Este equipo había vencido en la Copa Libertadores al bicampeón São Paulo, y en Japón al A.C. Milan, último campeón. Se destacaron en este equipo el paraguayo José Luis Félix Chilavert, el "Turco" Omar Asad, el "Turu" Flores, el "Pepe" Basualdo, y Roberto Trotta, entre tantos otros.




En conclusión, ésta es una acotada reseña de la década, ya que no ampara a todos los campos analizables; cuyos elementos podrían ahondarse en publicaciones futuras. Además, podría hacerse referencia al paso de estos tiempos a los actuales, y el por qué de la significativa disposición económica y social que adquirimos gracias a esto, por culpa de esto, o a pesar de esto, los argentinos. Entre crisis y crisis, la híper '89 y el corralito '01, están los '90. Defínanlos como gusten.